PAISAJE VEGETAL MEDITERRÁNEO
Resumen:
El paisaje vegetal mediterráneo se localiza en la mayor parte de la Península Ibérica y en las Islas Baleares. Las especies características de este paisaje están adaptadas al calor y la sequía. Las formaciones vegetales características son:
Bosque de hoja perenne: formado por árboles de mediana altura cuyas hojas se mantienen verdes todo el año. Debajo surge un sotobosque formado entre otras por jaras, retamas y romero. Los árboles principales de estos bosques son la encina (se adapta a condiciones extremas, posee una madera muy dura y se sitúa principalmente en Sierra Morena, el Sistema Central y Extremadura) y el alcornoque (de mayor altura y madera muy dura, se encuentra en Extremadura, Huelva, Cádiz y Cataluña).
Estas dos especies pueden encontrarse juntas formando dehesas. Otros árboles son el pino y el olivo. El primero es un tipo de conífera que se adapta a todo tipo de suelos aunque provoca aridez. Por su parte, el olivo se adapta bien a las zonas áridas y húmedas pero no al frío. Se sitúa en el sur peninsular y proporciona una gran rentabilidad económica. Ambas especias han sido introducidas por el hombre.
Matorral mediterráneo: formación de arbustos que surge por la degradación del bosque mediterráneo. Existen dos tipos:
Maquia: arbustos leñosos muy densos de mediana altitud. Los más característicos son jara, brezo y retama.
Garriga: tiene una menor altitud y densidad que se desarrolla en suelos calizos y con escasas precipitaciones. Destacan el romero, el tomillo y la lavanda.
Vegetación esteparia: se desarrolla en climas semiáridos, sin apenas precipitaciones. Los suelos tienen escasa humedad y se desarrollan las plantas xerófilas, que se adaptan a este tipo de climas secos. Se da en Murcia y Almería.
Cliserie:
El gráfico es la representación de una cliserie que muestra la distribución de distintos pisos de vegetación de un paisaje mediterráneo, que se puede localizar en la mayor parte de la península y en las Islas Baleares, en este caso en el Sistema Central. La vegetación es diferente según la altitud y presenta diferencias entre la cara norte y la sur.
En la umbría o vertiente Norte entre los 600 y 1200 metros encontramos bosques de encinas, árbol característico de este tipo de paisaje. Se adapta a todo tipo de suelos y condiciones climáticas, posee una madera muy dura y su fruto es aprovechado como alimento para animales.
Más arriba, entre los 1200 y los 1700 metros crecen principalmente robledales, especie que no soporta los veranos calurosos y exige bastante humedad. Su madera se utilizaba para hacer carbón y actualmente en la construcción.
En torno a los 1700 metros aparecen hayedos, que se encuentran a una mayor altura porque toleran bien el frío y necesitan mucha humedad. Su madera es dura y de gran calidad.
Al ascender hasta los 2000 metros encontramos pinares. Los pinos son árboles introducidos en esta zona por el hombre. Se trata de coníferas que se adaptan a todo tipo de suelos y condiciones climáticas, aunque tienen el inconveniente de que provocan aridez en el terreno. Tiene mucha rentabilidad económica.
Por último, a partir de los 2000 metros de altitud se dan matorrales de altura y más arriba, próximos a la cima, jarales y céspedes. Estos matorrales aguantan muy bien el frío y crecen principalmente la maquia y la garriga. En la vertiente sur o solana encontramos el mismo tipo de vegetación que en la umbría y situada en los mismos pisos.
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